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Dominando el fondo blanco en sesiones de Estudio

Actualizado: 26 oct 2023

Cómo hacer para que el fondo de tus fotos sea realmente blanco


1. Hazte con un fondo Blanco

Aunque suene raro, es posible que ya hayas intentado conseguir un fondo blanco utilizando un fondo blanco, pero que, por extraño que suene, no lo hayas conseguido.

Eso es porque que el fondo sea blanco no asegura que el resultado alcance el blanco puro.

Influyen otros factores en el proceso, y si no se tienen en cuenta, es posible que el resultado, más que blanco, sea gris, grisáceo o blanco roto.


No somos capaces de distinguir cientos de blancos como los esquimales, pero el blanco puro sí que lo sabemos apreciar. A pesar de lo dicho, un fondo blanco ayuda. Así que hazte con uno, o por lo menos lo más claro posible y, sobre todo, qué contraste con el protagonista de tu imagen sea cual sea.


2. Separa al sujeto del fondo

Puede que tu primer impulso sea colocar a tu protagonista directamente sobre la pared más blanca de tu casa, o la cortina, la cartulina o lo que sea que vayas a utilizar como fondo.

Pero si colocas a tu protagonista muy cerca del fondo sucederán varias cosas:

  • El propio sujeto generará sombras encima de la pared, lo que manchará de gris tu imagen.

  • Se verá el detalle del fondo y con él todas sus imperfecciones (gotelé, arrugas, manchas, etc.).

  • La iluminación del fondo será la misma que la del sujeto, por lo que no podrás trabajar aumentando la exposición en el fondo (enseguida veremos por qué es importante).

Así que, tras localizar un buen fondo, tu segunda misión es asegurarte de que tu protagonista no cree sombras contra él y que puedas aplicar una apertura de diafragma suficiente para que lo que quieras retratar salga perfectamente enfocado pero no así el fondo (te ayudará a disimular las imperfecciones y a lograr un resultado más natural).


3. Ilumina el fondo

Otro truco imprescindible para que tu fondo quede más blanco es que este esté bien iluminado, de forma homogénea, evitando que se creen zonas en sombra.


La iluminación debe ser suficiente como para que resulte como blanco puro. Para ello, debe ser superior en el fondo que en el sujeto principal, y bien diferenciada en ambos planos. De esta forma evitarás que el protagonista aparezca sobreexpuesto o quemado.


4. Usa una carta de gris neutro

Asumiendo que utilizas el fotómetro de tu cámara para medir la luz, al igual que la mayoría de mortales, tendrás el problema que acarrea la medición de la luz reflejada.


Los fotómetros de luz reflejada te dan los valores de exposición en base a la luz que reflejan los objetos o personas en los que esta incide.


No es la luz real que llega a ellos (que es la que pueden medir los fotómetros externos) sino la que ellos desprenden.


Además, están configurados para medir en base a un gris neutro. Es con este valor con el que dan una exposición correcta. Por eso, en fondos blancos (como con las imágenes de nieve) o, al revés, en escenas con muchos negros, el fotómetro se confunde fácilmente y proporciona valores equivocados.

  • La solución más fácil y correcta es hacerte con una carta de gris neutro. Son pequeñas y muy económicas. Debes colocarla al lado de tu sujeto en un lugar que reciba exactamente la misma luz que lo que vas a fotografiar y medir los valores de la carta.

  • Si no dispones de ninguna, busca algo que se le parezca, de un tono parecido y que refleje la misma luz.

  • Si no te aclaras, mide de forma puntual a tu sujeto, para que el resto de la escena no influya en la medición.


5. Activa el histograma

Este dependerá de cada imagen. El histograma, por si no lo sabes, es como una huella digital de nuestras fotografías y cada uno es diferente dependiendo de la imagen.


Pero lo que sí deberías tener es una clara inclinación hacia la derecha del histograma (altas luces) que es donde se debe reflejar la información sobre el blanco de tu fondo.


6. Activa el indicador de luces altas

Sirve para marcar las zonas donde se pierde información debido al exceso de luz. En este caso te interesa que el fondo sea una de esas zonas, pero no tu sujeto principal. Activar el indicador de altas luces te será muy útil para saber qué zonas tienes en blanco puro y si debes aumentar o reducir la luz del fondo y/o de tu protagonista.


7. Controla el balance de blancos

Es crucial que controles el balance de blancos (o temperatura de color) de las luces disponibles para evitar que tiñan la imagen de tonos indeseados, especialmente si no cuentas con material profesional para iluminar el escenario.



8. Fotografia siempre en RAW para lograr un fondo más blanco

Además de lograr una imagen correcta ya desde la cámara, la mejor forma de asegurar un buen resultado final es fotografiando en formato RAW.

El RAW (crudo) es un formato sin procesar por la cámara que conserva una mayor información de la escena permitiendo más margen a la hora de editar (lo que nos lleva al siguiente punto).


9. EDITA PARA CONSEGUIR UN FONDO MÁS BLANCO

Para obtener el blanco más puro en el fondo es muy probable que necesites pasar por edición.

La mayoría de programas de edición te permiten aumentar los blancos, la exposición o las altas luces, así como mejorar los negros o las sombras.


La edición te dará ese toque que te falta, si es que te falta. Pero lo ideal, como te he dicho anteriormente, es que intentes conseguir una imagen lo más perfecta posible en la cámara.

Lo que no consigas directamente en la cámara puedes intentar mejorarlo en la edición.


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